Las dos caras del ‘Caso Abrines’

La noticia cayó como una bomba en Málaga en todos y cada uno de los niveles. Álex Abrines, una de las perlas de la cantera malagueña y pieza angular del proyecto de Jasmin Repesa para la temporada 2012-2013, y su representante, Igor  Crespo, enviaban un requerimiento notarial al club en el que anunciaban que abonarán los 300.000 euros de cláusula del jugador para romper su vinculación con el club de Los Guindos para la temporada que viene.  Nadie sabía muy bien qué estaba pasando o si se trataba de una broma, pero lo cierto es que las dudas se despejaron cuando el comunicado del club aclaraba la situación. 

A partir de ese momento empezaron a salir todo tipo de rumores y especulaciones sobre a donde iría a parar el jugador y qué es lo que realmente había sucedido para que se llegara a tal punto. Pronto se confirmó, por mucho que desde allí se empeñen en negarlo, que su destino será el FC Barcelona. Se hará oficial en cuanto acabe la Liga Endesa, y está por ver si el jugador será cedido una temporada a otro club o se enrolará directamente en el proyecto culé a partir de septiembre.

Unicaja no se quedó con los brazos cruzados y empezó a moverse desde bien entrada la tarde para intentar salir lo mejor parado de la situación. Sobre las 21.00 horas del lunes aterrizaba Jasmin Repesa, entrenador fichado por el club para esta temporada que viene, e iba a pisar tierra malagueña con la noticia bajo el brazo, algo que no hacía excesiva gracia en el ámbito interno del club.

El club de Los Guindos llevará el caso a los juzgados, entendiendo que se han violado una serie de puntos estipulados anteriormente. Los 300.000 euros que abona la parte del jugador hacen referencia a la cláusula de salida de Abrines si su ficha en el equipo es de LEB, como así ha sido, pero lo cierto es que los emolumentos que ha recibido son como integrante de la primera plantilla a todos los efectos. Ahí viene uno de los problemas, porque si el jugador se quiere ir siendo jugador de la primera plantilla unicajista el montante que recibiría el club ascendería a casi el doble. No obstante, la ACB confirmó anoche a los responsables de la entidad que aún conserva el famoso derecho de tanteo por el jugador y que podría igualar en cualquier momento la oferta que le haga el club que quiere contar con sus servicios. Ese punto lo niega en rotundo el representante del jugador, que explica que cuando un jugador abona íntegra la cláusula de salida desaparece el derecho de tanteo.

Esa es la parte que defiende los intereses del club, pero el jugador alega una serie de acontecimientos que no hay que dejar escapar porque son cuanto menos interesantes.

El trasfondo de todo viene desde hace varios meses, cuando el Unicaja quiere renovar su contrato con Álex Abrines, el cual quedaría libre en el verano de 2013. La pasada temporada el jugador tenía un sueldo mensual de 3000 euros, con una serie de bonus firmados tales como 1000 euros por cada partido de Euroliga jugado o 100 euros por cada entrenamiento con el primer equipo. Para la temporada que viene, la última de su contrato, los números ascendían a cerca de 12000 euros de ficha mensual.

El club, al sentarse a negociar, quiere reducir las cifras de esa última temporada, bajando los emolumentos a 5000 euros y subiendo la cláusula de salida de 300.000 a 700.000 euros. Estas condiciones no satisfacen al jugador y aplazan la negociación. Los responsables del club de llevar las negociación ‘amenazan’, según en palabras de Igor Crespo, con mandar a la grada al jugador si no renueva su compromiso. Éste les emplaza a negociar en diciembre cuando el jugador vea el rol que le da Repesa en su proyecto, algo en lo que el club no está de acuerdo y prosigue su empuje a llevarlo a la grada si no se firma la ampliación.

Así, en medio de todo el lío, los médicos del club aconsejan al jugador para que no acuda con la selección U20 a la convocatoria de verano para el Europeo, alegando que tiene problemas en una de sus rodillas y puede ser contraproducente. El jugador no admite ese detalle porque el campeonato es a un mes vista y tiene tiempo de sobra para recuperarse. Es es otro punto de desencuentro entre ambos.

Con todo, aparece en escena el FCB, nadie sabe si por voluntad propia o llamado por el representante del jugador. Así, presumiblemente, el club azulgrana se hará cargo del pago de la cláusula del jugador y ésta se le descontará de su contrato con la entidad catalana.

Con las dos versiones encima de la mesa cualquiera puede emitir su sano juicio al respecto, pero todo parece indicar que quizá desde el club no se han hecho las cosas de la mejor manera posible. Primero porque la duración del contrato primario de Abrines era de dos años cuando se veía claramente que su proyección iba a ser meteórica. Segundo, porque una cláusula de rescisión de 300.000 euros para un joven valor de su categoría es irrisoria, y por ultimo, porque de ser cierto la supuesta amenaza que denuncia la parte que representa al jugador es totalmente normal que se decida romper la vinculación entre ambos y buscar otro destino.